El “Colectivo de Mujeres de Los Ángeles”, en su famoso libro “UNA NUEVA VISIÓN DEL CLÍTORIS” abren una nueva puerta para el conocimiento del aspecto “placer” de la sexualidad femenina.
El
exterior del clítoris, que está rodeado por los vellosos labios
mayores, es fácil de distinguir, ya que sus estructuras externas no
están cubiertas de vello.
La respuesta sexual femenina
A
través de un autoexamen concienzudo la mayoría de las mujeres se han
dado cuenta de que su clítoris es como un pene pequeño o que el pene es
como un clítoris grande, con sus tres partes bien diferenciadas, el
glande con su prepucio, al tallo y la raíz y así ha sido descrito en
algunos manuales de sexología. Pero al realizar este tipo de
comparaciones, se olvidaba que tanto los órganos sexuales de las mujeres
como los de los hombres constan de muchas más partes. Por ejemplo:
tambien forman parte del orgasmo masculino los poderosos músculos que
expulsan el semen y que están profundamente arraigados en le interior
del abdomen (los hombres cuyo glande y tallo han sido extirpados
quirúrgicamente, pueden seguir teniendo su orgasmo, igual que las
mujeres con una cliterectomía parcial). Aunque colocadas de distinta
forma las partes del pene y las del clítoris son las mismas.
Y
también se ha podido constatar que en su parte más profunda el clítoris
posee unas estructuras que rodean el orificio vaginal, haciendo muy
placentera la penetración aunque no suficiente para conseguir un orgasmo
“en frío”. La vagina esta implicada de un modo pasivo en el orgasmo y
el placer que las mujeres sentimos con la penetración proviene de las
sensaciones placenteras que produce el roce del pene contra el clítoris
erecto totalmente, y si no llega a sentirse es porque la mayoría de las
veces se produce la penetración cuando el clítoris no ha alcanzado el
climax de su erección.
Ya sea mediante la estimulación de la
fantasía, como la excitante compañía de un nuevo compañero o la
estimulación directa del clítoris los tejidos de este se inflaman y
entonces se hacen mucho más sensibles a la estimulación directa del
pene. El lugar más apropiado para esta estimulación es el primer tercio
exterior, el punto situado al lado o por encima del tallo. La cuestión
fundamental es que no importa de la manera que se haga tanto estimulando
el glande como el tallo o las raíces, esta estimulación el
imprescindible para que las mujeres tengan su orgasmo, del mismo modo
que la estimulación directa del pene es imprescindible para que los
hombres tengan el suyo, la forma como se haga depende mucho del habito
adquirido y de las habilidades de la pareja.
Estructuras que forman el clítoris
Los labios menores
Los labios menores son pliegues paralelos situados en el interior de los labios mayores, en la parte superior donde se encuentran los labios mayores y los menores existe uno o dos pequeños pliegues en forma de uve. Las estructuras de los labios menores varían mucho del estado de reposo al de excitación, cambian sobretodo de volumen y color, no son excesivamente sensibles pero su elasticidad permite que las estructuras internas del clítoris puedan expanderse hacia el exterior cuando se cargan de sangre. Su tamaño y forma es muy variable de una mujer a otra, tanto que se ha llegado a decir que los labios menores son tan personales como las huellas dactilares.
El glande
Es la
zona más sensible y sus variaciones son apreciables a simple vista, en
estado de relax apenas se divisa enterrado bajo los pliegues de su
capuchón pero en estado de excitación puede llegar a triplicar su
tamaño. En algunas mujeres se retrae hacia el interior y en otras emerge
hacia el exterior de entre los pliegues de los labios menores. A la
mayoría de las mujeres no les gusta que les acaricien directamente esta
zona.
El tallo
Es posible percibir el tallo colocando los dedos inmediatamente debajo del glande y moviéndolos de derecha a izquierda. El tallo se siente como un cordón de goma redondo y no muy recto, se mueve fácilmente cuando se presiona sobre el.
El capuchón
Como
ya hemos dicho antes, el capuchón del clítoris que se corresponde con
el prepucio masculino, esta formado por la conjunción de los labios
mayores y los menores. Tiene una gran importancia en la estimulación
directa del glande del clítoris. La postura del misionero con las
piernas por los riñones del hombre o por sus hombre favorece el contacto
del glande con su capuchón y permite que la excitación siga aumentando
durante la penetración.
Los músculos perivaginales
Por
debajo del pubis los huesos pélvicos forman un espacio triangular, que
por lo general es mas ancho que el de los hombres. Durante el parto, la
criatura atraviesa este espacio. Dos pares de músculos largos y finos
forman la salida o canal del parto. Un par, los músculos
isquiocavernosos, su sitúan a los lados de los huesos pélvicos, formando
los dos lados del triángulo, con el glande del clítoris en su vértice
superior. El otro par, los músculos perineales transversales, se
extienden lateralmente desde el perineo y conectan formando la base del
triángulo. Un tercer par de músculos, los bulbocavernosos, también se
extienden desde el glande del clítoris dentro del triángulo, descienden
por debajo de los labios mayores y conectan con el perineo. Se notan
perfectamente cuando se aguantan las ganas de orinar o de defecar.
Durante
el orgasmo, estos músculos que se extienden justo por debajo de la capa
de grasa y piel, se contraen rítmicamente, oprimiendo todos los tejidos
del clítoris y los tejidos y músculos subyacentes.
Raíces y tejido eréctil
Bajo la capa de músculos de encuentra una capa de tejido eréctil y sus correspondientes vasos sanguíneos, el clítoris tiene dos tipos de tejido eréctil, uno más firme o otro más elástico, durante la excitación, ambos se tornan más sólidos y sirven para mantener la erección. La sangre que va llenando estos intrincados laberintos de venas y arterias, procede de arterias más grandes. Las raíces del clítoris son unas largas y delgadas bandas de tejido que se extienden desde el tallo a lo largo de los dos huesos que forman el pubis. La que está inmediatamente debajo de los labios mayores es la que tiene el tejido más sólido y elástico, la otra se extiende por la parte interior del músculo y por la parte superior externa del tercio medio de la vagina, es una almohadilla de tejido blando que puede ser localizada fácilmente introduciendo los dedos en la vagina y presionando hacia delante contra el hueso púbico, rodea la uretra, posiblemente para protegerla de la presión de la actividad coital. Durante la menopausia este tejido se hace mucho más evidente al tacto. Recibe el nombre de esponja uretral, en algunos libros se la llama punto “G”
Glándulas de Bartolino y otras
Hay dos conjuntos de glándulas que tienen conductos que se abren hacía el exterior. Uno es diminuto y su función específica es desconocida, aunque algunos autores refieren que pueden ser el responsable de la eyaculación femenina. El otro son las glándulas de Bartolino que secretan algunas gotas de líquido durante la excitación y parece ser que tienen como función cambiar el Ph de la vagina para favorecer la supervivencia de los espermatozoides.
Perineo y esponja perineal
Existe
una zona entre la vagina y el ano, el perineo, con una gran
sensibilidad erógena, ya que las raíces del clítoris llegan hasta allí
en forma de tejido eréctil esponjoso que durante la excitación convierte
esa zona en muy sensible al golpeteo.
Ano
El ano es una zona ricamente inervada que participa tanto de la relajación muscular que provoca la excitación sexual como de la estimulación directa de las estructuras del clítoris internas y externas.
El coito
Durante
el coito el pene está siempre en contacto con alguna de las estructuras
del clítoris pero lo mismo que a un hombre le es muy difícil penetrar
sin tener una buena erección y sin esta tener un orgasmo a las mujeres
les es casi imposible conseguir la estimulación necesaria para la
erección del clítoris y su orgasmo cuando aquel se haya en estado de
relax.
Por esto la mayoría de las mujeres que experimentan orgasmos
durante la penetración encuentran que les es necesaria una determinada
postura, especialmente la de la mujer encima o la penetración posterior
de modo que puedan controlar la cantidad de estimulación que están
recibiendo en le monte de Venus y en el glande. Pero la mayoría de las
mujeres suelen afirmar que tienen orgasmos mas intensos y rápidos cuando
se masturban (no importa el método que usan) que cuando tienen
relaciones sexuales con un compañero fijado en el coito.
Esta
redefinición del clítoris no es una mera cuestión semántica. Su
verdadera significación se manifiesta cuando, por ejemplo, si el perineo
es parte de nuestro órgano sexual, una episotomía mal hecha equivale a
una mutilación del clítoris, ya que es muy distinto considerar al
clítoris como una unidad funcional que pensar en una serie de
estructuras cada una desconectada de las demás. El clítoris es un órgano
tan complejo, funcional y activo como el pene.
Como funciona
En
estado de erección el clítoris se carga de sangre, aunque no tan
rápidamente como lo hace el pene, pero en estado de máximo deseo puede
hacerlo en aproximadamente unos 3 minutos, también el área esponjosa se
llena de sangre y aumenta de tamaño durante la excitación.
Se ha
comprobado experimentalmente que la mejor manera de comenzar a estimular
el clítoris es colocar una o dos manos sobre el monte de Venus y mover
rítmicamente la carne hacía atrás y hacía adelante presionando sobre el
hueso púbico.
Fase de excitación
El clítoris de pone erecto cuando los cuerpos esponjosos subyacente se llenan de sangre. Al mismo tiempo la vagina comienza a sudar, lo que proporciona la lubricación necesaria. Los músculos perivaginales se relajan. Los vasos sanguíneos se ensanchan, el color de las paredes vaginales se oscurece. En la mayoría de las mujeres es glande no es visible en esta fase.
Fase de Meseta
Los bulbos y la esponja uretral se van llenando de sangre a medida que la excitación aumenta. El capuchón se alarga a medida que el ligamento que lo sustenta se acorta y tira del tallo, que se va poniendo duro por momentos y las raíces también van endureciéndose cada vez más. La esponja perineal y la uretral aumentan de tamaño y reducen el diámetro del orificio vaginal, cuyos músculos están cada vez más relajados y lubricados. El útero, las trompas y los ovarios se hinchan también. El ligamento ancho se acorta al hincharse t tira del útero hacía arriba provocando el ensanchamiento del tercio interior de la vagina. Muchas mujeres en este momento desean la penetración y sus movimientos pélvicos se aceleran.
Fase de orgasmo
Un gran calor se extiendo por todo el cuerpo, acompañado de una contractura involuntaria de casi todos los músculos, comienzan las contracciones rítmicas y fuertes de los músculos perivaginales. El clítoris se acorta muchísimo y los labios menores se pliegan cubriéndolo. Durante estos acontecimientos se ha perdido el control voluntario de la respuesta. Algunas mujeres experimentan espasmos en garganta, caderas, manos o pies.
Fase de resolución
Las contracciones del clítoris impiden que la sangre inunde los tejidos adyacentes. Poco a poco la sangre se va repartiendo a medida que descienden los latidos del corazón. El reparto de la sangre se hace mucho más lentamente que en el hombre, el clítoris puede tardar en perder la erección hasta 1/ 2 hora. Las contracciones orgásmicas se van haciendo cada vez más débiles y luego se desvanecen. Toda la musculatura esta relajada, el orificio vaginal y el ano han recuperado su tonicidad natural y la piel está cubierta de una fina capa de sudor.
Eyaculación femenina
Algunas mujeres han podido constatar que en algunas ocasiones un chorro de líquido les sale cuando tienen un orgasmo. Este líquido sale disparado como un chorro, y se describe como algo distinto de la exudación vaginal. Algunas lo confunden con orina, aunque relatan que ni su textura ni su olor se le asemejan. A diferencia de la micción involuntaria que presentan algunas mujeres durante o antes del orgasmo este líquido es químicamente diferente y parece que es eyaculado desde las glándulas parauretrales situadas en la esponja uretral del clítoris. No es esto de extrañar, ya que la misma estructura fetal que se convierte en próstata en los hombres es la que se convierte en glándulas parauretrales en las mujeres. Aunque la mayoría de las mujeres no saben muy bien de donde sale ese líquido se ha podido constatar que en algunas se emite por la uretra y en otras por la vagina. Es este un punto en el que los investigadores tienen mucho que decir todavía.
El útero durante la respuesta sexual
Se piensa siempre en el útero como en un órgano pasivo dedicado solo a las labores de reproducción, pero no es así. Durante la excitación, como ya hemos dicho, se desplaza pero además se carga de sangre durante el orgasmo desciende y el cuello o cervix absorbe literalmente los espermatozoides ayudándoles en su camino hacia la trompa. Para algunas mujeres sienten como se mueve y lo experimentan como algo muy agradable.
Conclusiones
Después de este viaje que hemos hecho de la mano del clítoris a través del placer sexual de las mujeres no podemos por menos de asombrarnos, parece mentira que estemos en los albores del siglo XXI y se sepa tan poco de la respuesta placentera de las mujeres. Es preciso que tanto biólogas como endrocrinólogas y ginecólogas vayan integrándose a los campos de investigación, ya que solo una mujer es capaz de comprender e investigar las vivencias sexuales y los deseos de las demás mujeres. Mientras las investigaciones sigan en manos de los hombres corremos el riesgo de que con toda la buena intención del mundo nos atribuyan a nosotras aspectos sexuales que corresponden a su propia respuesta sexual.
© Pilar Cristobal 2022