1. Sé activa (aunque se quejen les encanta).-
Puede que tengas la sensación de que a tu chico le gusta que
permanezcas pasiva porque apenas te deja colaborar en vuestras sesiones
de sexo, esto es así por el interés que tiene por quedar bien y sacar
la nota más alta, pero por detrás, estoy segura, se queja de tener que
ser siempre el que decide, el cuando y el cómo. Puede que creas que
desear o ser activa es ser poco femenino y que las mujeres tenemos otros
modos más sutiles de hacer las cosas. También es verdad. Pero las
mujeres, todas las mujeres tienen deseos e impulsos espontáneos y en su
fuero interno desean tomar la iniciativa y por una vez hacer lo que
siempre han soñado. ¡Pues bien! Ha llegado el momento. Siéntete la dueña
de la situación y prepárate para dejarte llevar por esa niña juguetona
que tienes dentro y proporcionarle una aventura que nunca olvidará. No
tienes que preocuparte de que ser estupenda lo importante es que lo que
hagas te salga de dentro y sobre todo que sea nuevo t diferente.
2. Vestida para la ocasión, perfumes.
No voy a decirte cómo tienes que vestirte porque ello depende de lo que
tengas en mente. Desde quedar en su bar favorito y no llevar topa
interior a comprarte el kit completo de doncellita francesa o de
estricta gobernanta, lo que más te guste, lo que te resulte más cómodo o
con los que te encuentres especialmente atractiva. Ya le conoces y
sabes lo que le pone, hay hombres que prefieren la evidencia de unos
senos al aire, otros la candidez de la ropa deportiva y otros toda la
parafernalia de los conjuntos de sex-shop. Lo que sea no lo pienses
mucho seguramente que lo vas a llevar puesto poco tiempo. No olvides
los tacones de aguja y las medias con liguero la mayoría de los hombres
son unos clásicos, se han educado en la escuela de la pornografía y
cualquier detalle que sugiera esas experiencias les vale. Antes de
preparar el escenario, tómate una ducha o un baño de burbujas, relájate,
masajea tu piel con una buena crema que deje un tacto sedoso y si
tienes que depilarte procura hacerlo un día antes para no tener la piel
irritada.
3. Strep-tease para él.- Cualquier hombre agradece un buen strip-tease,
no hace falta ir a una escuela para hacerlo medianamente bien. Lo
primero es buscar una música que te inspire, ni muy lenta, ni muy
rápida, cualquiera que te guste vale, pero elige mejor que no sea
ninguna de las conocidas. Ponte una ropa que se quite fácil y si es una
falda que tenga una bonita caída, olvida los pantalones son imposibles
de quitar con elegancia y un strip-tease se arruina si terminas
revolcándote por el suelo y luchando con las perneras. Cinturones y
guantes dan mucho juego, y las medias con ligero, si te las quieres
quitar con elegancia prepara un taburete como los del cuarto de baño,
hacen el culo muy bonito y disimulan la celulitis de las caderas.
Siempre, ciando te quites las medias, los sujes o las braguitas, hazlo
de perfil. Ponte braguitas y tanga, da mas juego y no le dejes que se
acerque a ti, ni que te toque mientras bailas y le vas tirando las
pendas una a una. Cuando consideres que has acabado y le veas muy
excitado si quieres seguir sigue y si no ¡déjale con las ganas!
4. Trátalo como un bebé.
Otra buena sorpresa consiste es una sesión de bebé. Muchas personas
hombres y mujeres añoran la época en la que su madre los cuidaba, los
mimaba, los alimentaba, y los vestía sin que tuvieran que hacer nada.
Cuanto más activa y más dominante es una persona más profundamente
enterrado tiene el deseo de volver a la cuna, el deseo de volver a ser
como un bebé. Para este juego es imprescindible tener una bañera, las
duchas sirven para otro tipo de aventuras pero no estas. Prepara el
cuarto de baño, luz tenue, velas, algún picoteo, una bebida fresca y
agradable (cuidado con el alcohol). Toallas grandes y cálidas, champú
que no irrite los ojos, una esponja gigante y tu ternura añadida a tu
picardía. Por la mañana avísale que le tienes preparada una sorpresa no
sea que ese día tenga trabajo en la oficina y el baño se quede frió y tu
deseo también. Cuando llegue tómale de la mano sin decir palabra.
Llévale al cuarto de baño, desnúdale a besos, métele en la bañera,
enjabónale bien, pásale la esponja por sus lugares más íntimos, lávale
la cabeza y el resto de su piel con mucho mimo y aprovecha las toallas
sobre el suelo para concluir la aventura. No te preocupes si el suelo
del cuarto de baño se llena de agua.
Martes
Masaje
sensitivo. La mayoría de los hombres son muy perezosos a la hora de dar
o recibir caricias en toda la piel, a ellos les gusta ir al grano y
también prefieren que lo hagas tú. Pero un buen masaje puede que le haga
comprender que estaba equivocado.
5. Elige bien el lugar.
Seguro que cuando he dicho masaje has pensado en la cama. Pero si tu
cama es una buena cama de matrimonio, no hay lugar más incómodo para
entretenerte dando un buen masaje sensitivo, terminarás con los riñones
al jerez y si te colocas sobre sus piernas él terminara con ellas
dormidas y no se enterará de lo que le estás haciendo. El mejor sitio es
la mesa de la cocina si es fuerte y se te puede mover a su alrededor o
la mesa del comedor si reúne las mismas características, si no tienes
una mesa de esa altura lo siguiente mejor (pero no tan bueno) es un sofá
y una banqueta o reposapiés donde puedas estar cómodamente sentada.
Prepara las cosas de antemano, cubre la mesa con una toalla para hacerla
más mullida y para que no se manche con el aceite. Busca una música
suave, o ruidos de campo, mar etc. Algo que te relaje a ti y a él,
también puedes poner velas de olor o aceites de quemar, según prefieras.
6. Aceites.
Los aceites son una apartado especial. Hay tiendas especializadas donde
pueden venderte un excelente aceite de masajes y algún aceite esencial
que te guste especialmente, el de rosa o jazmín son muy erógenos y
sugerentes, no uses aceites de romero, tomillo o hierbas curativas
porque suelen ser antierógenas. Los aceites esenciales no se pueden usar
para masajes porque son muy agresivos y queman la piel, se usan
mezclados en gotas (la proporción es tres cucharadas soperas de aceite
de masaje no perfumado, por una gota de aceite esencial) con tres
cucharadas soperas que depositarás en un palto tienes de sobra para un
buen masaje. Toma cada vez una pequeña porción con los dedos, extiéndela
frotándote las palmas de las manos y ya está todo preparado para
empezar. Conviene que él se duche antes del masaje, así con su piel
limpia, lo saboreara mejor y tú lo disfrutaras más
7. Boca abajo.
Empieza por colocarle boca abajo. El movimiento va desde el pelo y la
cara hasta los pies, pasando por los brazos y las manos. Tienes que
sentir el latido de su piel bajo tus manos, ser toda manos para
experimentar el placer de tener a tu disposición un cuerpo para explorar
en toda su geografía, no pienses en él, no le busques su placer,
disfruta tú. Este juego es de una condición tal que cuanto mejor te lo
pases tú, mejor se lo pasará él. Recuerda que además de manos tienes:
brazos, codos, pelo (si lo tienes largo, úsalo como un látigo) y uñas.
No uses las uñas al principio. Primero amasa grandes superficies de piel
con movimientos en círculos. Si en algunas zonas tiene cosquillas
planta las palmas de las manos con cierta fuerza y déjalas quietas
durante un rato; las cosquillas desaparecerán. Cuando llegues a los
pies, dale un besito en la oreja y susúrrale que se de la vuelta.
8. Boca arriba.
Ahora el movimiento va de los pies al pelo. No toques el pene hasta que
no hayas acabado, porque en cuanto lo toques se acabo el masaje y no
habrá manera de contenerle. La mayoría de los hombres interpretan
cualquier caricia en el pene como preludio del coito y no es el coito lo
que le espera. En la Edad Media le cortaban la mano derecha a la mujer
que tocaba el pene de un hombre y algo de eso todavía nos queda, puedes
masturbar, pero no mirar ni observar lo que está pasando tanto en el
pene como en la cara de tu compañero. Es este un momento bueno para
aprender cosas de tu chico. Cuando llegues al pelo sigue pasando los
dedos de una mano con suavidad por su cara y baja con al otra al
escroto, acaricia sus testículos aprestándolos sin miedo, no son los
apretones los que duelen sin los golpes. Puede que este momento su pene
ya esté erecto, no te digo lo que tienes que hacer porque supongo que lo
sabes, pero no le dejes que haga nada. Ni que mande nada, imponte y
cuando le veas a punto, para y espera a que le baje la erección para
continuar. Hazle sufrir un poco antes de llevarle hasta el orgasmo.
Miércoles
Dulces
ataduras. Hoy vamos a jugar a tantas películas en las que hemos visto
como los chicos atan a las chicas o viceversa. Es algo muy excitante y
como las ataduras producen descargas de adrenalina el morbo está
asegurado.
9. No tengas miedo. Muchas personas no
quieren jugar a este juego porque tienen miedo de lo que pueda pasar, no
son capaces de confiar en su compañero/a y lo pasan tan mal que piensan
que no les merece la pena. Si este es el caso de tu chico ni lo
intentes. ¡Sáltate el tema de hoy y busca el de mañana que pude que le
guste más! Pero si a ti se te ha pasado por la cabeza y te produce una
sensación de placer mezclado con algo de miedo y a él te consta que
también, para ti son estas líneas. Lo primero y más importante es hacer
un pacto con él, se trata de pactar una palabra que nada tenga que ver
con las que normalmente se suelen decir en estos casos y a las que no
hay que hacer ni caso pues forman parte del juego. Esta será una palabra
como "recinto" o "alfeizar" o "repisa" que sea clave para parar y no
seguir jugando. Idea una postura cómoda en la que se pueda permanecer
quieto bastante tiempo sin sentir tirones o calambres. Si tienes una
cama con patas o cabecero con barrotes tienes las cosas más fáciles,
porque tienes que buscar una postura en la que tú domines a tu chico, y
sus genitales estén expuestos a tus caprichos.
10. Esposas.
En cualquier juguetería encontraras esposas de distintas formas
tamaños y texturas, si vas a usarlas elige unas que no tengan llave para
poder abrirlas con rapidez en caso de accidente. Puedes ponerle las
manos a la espalda pero luego no podrás tumbarle porque se hará daño en
los hombros, lo mejor son los barrotes y dos juegos de esposas, si
busca la total comodidad cómprate cuatro y átale las manos y los pies
bien separados. Ahora piensa en plumas, flecos, claveles, papeles o
cualquier cosa con la que hacerle cosquillas en todas partes, también
puedes usar tus manos para arañar cachetear o tu boca para lamer o
morder. Usa tu imaginación. Su pene será el termómetro que te indicará
como se lo está pasando. No tengas miedo aunque tu pienses que le estás
haciendo daño, si no se queja, sigue. ¡Ah! Pacta también, antes de
empezar la sesión, si quieres que el placer sea recíproco, puede que tu
también sientas curiosidad por experimentar lo que se siente al ser
atada, pero puede que no. Déjaselo claro para que no se haga ilusiones.
11. Cuerdas de seda y foulards. Seguro que viste
"Instinto Básico" y recuerda a Sharon Stone con su foulards y sus
picahielos. No te propongo que te cargues a tu pareja con un picahielo
lo que te propongo es que le sugieras una sesión de cuerdas y ataduras.
Necesitas una palabra clave, cuerdas (que te recomiendo que sean de
seda para que no dejen marcas), y pañuelos, (que pueden ser de cualquier
tejido) y una silla. Esta vez se trata de vivir la experiencia de la
ceguera durante el tiempo que tú quieras. Puedes sellarle los ojos con
esparadrapos, colocarle una gafas de sol y sacarle a pasear, o
prepararle unos cuantos alimentos de distintas texturas y sabores e
írselos dando jugando adivinar de que se trata, depende de lo malvada
que te sientas puedes hacerle que confunda fideos con gusanos o
guindillas con fresas. ¡Tú veras! Cuando hayas agotado su ceguera,
desnúdalo sin decirle nada de lo que le espera, átalo a la silla con
las manos atrás y las piernas abiertas y…
12. En una silla.
Coloca un cojín en el suelo entre sus piernas par que tu cara quede
situada ya sabes a que altura. Sujétale el pene con la mano con el
pulgar hacia abajo. Rodéale el tallo con los dedos y desliza la mano
hacia arriba girándola lentamente como si lo quisieras retorcer hasta
llegar al final. Luego suelta el tallo y deja que la palma de la mano
suba hasta la punta del pene. Vuelve a repetir el ejercicio en sentido
contrario. Continua haciéndolo hasta que no lo pueda soportar, el truco
consiste en que tu piel nunca deje de estar en contacto con la suya, de
manera que al final no sepa donde empieza su pene y donde acaba tu mano.
Ahora dile que te va a penetrar, forma un puño con la mano y coloca
dentro una cantidad abundante de lubricante y haz que el pene penetre tu
puño de forma rítmica, cuando el pene está a punto de salir del puño
coloca la otra mano, tendrá la sensación de estar penetrando una vagina
sin fondo. Si cierras los ojos e imaginas que tu mano es una vagina
sentirás también la penetración.
Jueves
Caricias
con la boca en el pene. Si no te gusta pensar en el pene dentro de tu
boca no leas esto. Nadie debe de hacer nada que no le guste por mucho
que insista tu compañero, pero si no te importa la felación es una de
las fantasías que los hombres tienen. Si quieres darle algo no olvide
inténtalo.
13. Para empezar.- Si conoces muy bien
la salud de tu compañero ¡estupendo! Pero si no estás tan segura procura
tener a mano un preservativo porque la felación es una práctica de
riesgo en la que la que más se expone eres tú. Acabas de arrancarle los
calzoncillos a tu victima y lo que aparece es un espectáculo desolador.
Nada está perdido si tienes dos buenas manos. Ahora su "chisme" está
fláccido y caído, pero puede revivir si lo sabes hacer. Vas a trabajarlo
como si se tratara de masa de pan. Imáginate que estás amasando para
hacer una baguette. Empieza con las dos manos, con suavidad, verás como
poco a poco va cogiendo consistencia mientras tu amasas cada vez más
fuerte. Haz rodar su tallo entre tus manos. Úntalo de saliva. Prueba a
dar algún lametazo. Cuando lo notes con toda su consistencia pasamos a
la segunda fase.
14. A ellos les gusta mirar. La
postura que adoptes para hacer una felación es muy importante, tienes
que estar cómoda tú y cómodo él, porque una buena felación lleva su
tiempo. Todo hombre aunque lo nieguen llevan dentro un pequeño "mirón"
que disfruta intensamente viendo lo que está pasando. Si le colocas son
la espalda en la pared para que pueda apoyarse y las piernas abiertas tú
puedes colocarte de rodillas en un cojín a sus pies. No hay hombre que
se resista a esta postura, les da sensación de poder y si es necesario
pueden acariciarte la cabeza y marcarte el ritmo final, pero sólo al
final. No le dejes que te toque, no le dejes que se mueva, que vea como
tus esfuerzos van llegando a su fin. Cuando notes que está a punto para
y espera hasta que su respiración se relaje después retoma el juego de
manos con otro estilo.
15. Cuéntale lo que le vas a hacer.
Acuérdate de los locutores de radio cuando están retransmitiendo un
partido de fútbol, hacen sentir lo que está viendo y puedes llegar a
verlo. Aquí se trata de hacer lo mismo pero sin voces, al contrario
tienes que mantener una voz muy sensual y contarle mientras le acaricias
la nuca o la espalda como vas a llegar hasta donde está esperando y
cómo le vas a tocar no sólo el pene, también los muslos, los pelos, las
pelotas… ¡Puedes montarle una retransmisión de lujo! Mientras vete
soplando, tirando de la piel con cuidado, acariciando, lamiendo. Hazle
preguntas que no pueda contestar. Busca el estilo que más le guste,
gatita, estricta gobernanta, mamaíta, profe severa. Cada hombre tiene
dentro de si una figura de seducción, si la encuentras habrás recorrido
más de la mitad del camino.
16. Gira y gira.
El la mayoría de las películas porno habrás visto masturbaciones
(siempre las mismas) en las que la chica acaricia el pene del chico de
arriba a bajo pero hay otras maneras de hacerlo: Juguemos a bomberos.
Imagina que se ha declarado un fuego, necesitas el extintor que se
encuentra entre las piernas de tu amante. Agarra la manguera con las dos
manos. No se trata de acariciar, se trata de presionar el tallo y
moverla hacía arriba y hacia abajo. Ten un poco de paciencia hasta que
obtengas el líquido que esperas. Círculos concéntricos. Coge su pene con
ambas manos. Luego gira las manos en direcciones opuestas (es decir una
en sentido de las agujas del reloj y la otra en sentido contrario) y
luego vuelve a su posición original. Repítelo y mueve si quieres las
manos hacia arriba y hacia abajo por todo el pene mientras lo haces.
Viernes
Sin
manos…Hoy vamos a dejar las manos a un lado. No sólo las manos pueden
dar placer. ¿Te imaginas el placer que puedes obtener y ofrecer con la
boca? Te lo voy a contar. Hacer una buena felación puede convertirse en
tu sello personal. Es como subir una escalera. Te lo voy a contar para
que sepas hasta donde llegar.
17. Primer piso: el
beso. Para empezar no toques el pene hasta que no lo notes bien
excitado. Ya sabes como hacerlo. Bésale, empieza por la planta de los
pies, dedo a dedo. Asciende por las pantorrillas, detente en los muslos
por dentro y por fuera. Acércate y roza la zona de máximo placer. Hazle
pensar que tus labios se van a detener allí pero ¡llévatelos a otra
zona! El pubis, el ombligo, las brazos, el pecho, cuello, cara, orejas…
toda la piel espera que la beses. Cuando le notes gemir, y veas su pene
erecto, entonces si. Acércate al pene: sí. Sólo si está excitado. Sino,
invierte el tiempo necesario en el arte y el placer del beso. ¿Hace
falta explicar los tipos de besos que hay? Con lengua, con lametazo,
sólo piquitos, con mordisco sin dientes, con dientes, con chupetón… y
todos los que se te ocurran. Practica todas las variaciones que se te
ocurran y observa la que más le gusta para ponerla en práctica la
próxima vez.
18. Segundo piso: comodidad. El aquí te
pillo y aquí te mato es estupendo, a veces, la urgencia de la pasión no
deja tiempo ni para posturitas, ni para comodidades. Cuando te
encuentras con alguien que te vuelve loca no te vas a poner a discutir
qué lado de la cama prefieres. Pero esta vez no es el caso. Llevas días
pensando en darle una sorpresa a tu chico, imaginándote la escena,
preparando y puliendo los detalles. El cómo le coloques tiene mucha
importancia. Lo mejor es en la cama boca arriba. Arrodíllate entre sus
rodillas y empieza lamiéndole la cara interior de uno de sus muslos,
sube hasta el periné y baja por el otro muslo. Le encantará, porque tu
pelo le rozará el pene y las pelotas. Repítelo un par de veces. Pasa la
lengua moviéndola sobre los huesos de la cadera y luego baja, baja…
19. Tercer piso:
también las manos. Puede que tengas algunos reparos. No asocies mamada a
horas y horas de succión con la boca, a la sensación de ahogo, o al
sabor del semen en la boca. En esta práctica hay diferentes niveles y tú
tienes que elegir hasta donde llegar y donde quieres parar. También
puede que pienses que el pene es un lugar sucio, no lo es más que la
boca o la cara, pero si quieres estar tranquila, cuando pienses hacer un
felación, prepara una ducha o un baño y enjabona bien la zona para que
estés segura de que su piel está perfectamente limpia y vas a poner tu
boca en un lugar higiénico. Ponlo en tu boca, esconde los dientes dentro
de los labios, aunque no toques el pene con los dientes, a él se le
pondrán los pelos de punta si te los ve, escóndelos. No olvides la
manos, agarra el tallo del pene con fuerza y sigue moviéndolas mientras
acaricias con la boca.
20. Ático: el glande. Esa el la parte que tiene que quedar dentro de la boca, no metas nada más o el pene tocará la campanilla y te darán ganas de vomitar. Para prevenir esto empuja en glande contra el paladar con la lengua y mantenlo así mientras mueves la cabeza. No te preocupes del líquido que segrega el glande, es el líquido de Cooper, aunque lo deseara tu chico no lo puede controlar. No pares hasta el final o tu chico no te lo perdonará. Inclina tu cabeza y lame suavemente la punta sin parar. Puede que notes que se retuerce, entonces para. Otro truco. Ve cambiando el ritmo. Empieza suave pero poco a poco increméntalo. Chupa cada vez más rápido moviendo la cabeza. Si no sabes cómo acabar, coloca la mano de él en tu cabeza para que él lleve el ritmo final. Si quieres recibir el semen en tu boca puede hacerlo. No es el líquido de vida que los chicos creen pero tampoco es el líquido asqueroso que creen las chicas. Es parecido a la saliva y te encantan los besos con lengua…
© Pilar Cristobal 2022